El país dejó el puesto 49, donde estuvo en 2017, para ubicarse en el 60. Además, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires retrocedió 42 lugares en el ranking, hasta alcanzar el puesto 77. El estudio fue elaborado por Grupo Adecco, junto con Insead y Tata Communications. Los países europeos continúan liderando el ranking, con 16 de ellos en los primeros 25 lugares.

Como si faltaran malas noticias, la Argentina también perdió terreno en 2018 en un ranking global que mide el modo en que los países atraen, fomentan el crecimiento y retienen el talento.

Este año, la sexta edición del Índice de Competitividad por el Talento Global (GTCI) cubrió 114 economías nacionales.

Al igual que los años anteriores, Suiza mantuvo el primer puesto, seguido por Singapur y Estados Unidos. De esta forma, los países europeos continúan liderando la lista, con 16 de ellos en los primeros 25 lugares.

Por otro lado, los líderes no europeos del ranking pueden clasificarse en dos grupos: economías que se beneficiaron del talento global (Estados Unidos, Canadá y Australia) y aquellas que tienen un claro enfoque en convertirse en centros de talento (Singapur, Emiratos Árabes Unidos y Qatar).

De acuerdo con GTCI, las desigualdades de talento se están expandiendo. Si se mira hacia atrás, a los primeros seis años del índice, y se comparan los datos disponibles en el tiempo, se llega a la conclusión que la brecha entre aquellos talentos que fueron exitosos y los que no aumentó en lugar de disminuir. La correlación estadística entre la renta per cápita y el rendimiento del talento sigue siendo alta, mientras que algunas regiones parecen estar enfrentando problemas constantes en la identificación de puntos de entrada a la competitividad del talento o están siendo testigos de una erosión progresiva de su base de talentos.

Además, los temas referidos al talento se convirtieron en una preocupación principal para las empresas, las naciones y las ciudades. El hecho de que la base de datos del GTCI haya aumentado en cuanto a cobertura y calidad es sólo una de las pruebas que demuestran que todo tipo de organización dedicó recursos y energía para identificar formas de medir el talento y sus dimensiones.

Otra conclusión que se desprende del estudio es que el talento emprendedor puede ampliar y reducir las desigualdades. Desempeña un papel vital en las empresas más pequeñas y las start-ups. Sin embargo, los análisis como los GTCI, así también los recientes análisis de las escenas empresariales y económicas, demuestran que el talento empresarial también tiene un rol crítico para jugar en organizaciones más grandes e incluso en los gobiernos.

Debido a que el futuro del trabajo se verá radicalmente afectado por la difusión de la inteligencia artificial, la proporción de los asalariados continuará reduciéndose y el número de agentes libres aumentará. Simultáneamente, nuevos modelos de negocio emergerán, lo que desencadenará nuevas formas de extraer y compartir información.

Está claro que las ciudades tendrán un rol central como núcleo de talento emprendedor. El mundo está fuertemente relacionado con la innovación, la construcción y la gestión de ecosistemas dinámicos y abiertos. En la actualidad, pocos se dirigen al talento especializado vinculados a problemas locales o municipales típicos (gestión de residuos, transporte e inclusión), pero se espera que esto surja rápidamente, especialmente, en torno de estrategias de ciudades inteligentes. Allí, también, el talento emprendedor será un activo clave.

Fuente: Apertura Negocios

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