Como indican en la web del evento “cada vez vivimos más en ciudades, pero no nos tomamos el tiempo para pensarlas”. El evento consistió en “dos días de inspiración y preguntas profundas: ¿Cómo influye la ciudad en el desarrollo humano, social y económico? ¿De qué manera nos hace felices? ¿Qué ingredientes puede –y debe- tener una ciudad feliz?” Esos son algunos de los disparadores con los que nos incita a trabajar la Fundación El Desafío en su festival que tuvo como sede la ciudad de Rosario el pasado 19 y 20 de Octubre.

Los temas que funcionaron como eje para trabajar y mejorar las ciudades fueron: Urbanismo, movilidad, desarrollo juvenil, deporte para el desarrollo, colaboración, capital social, espacio público y mindfulness.

Cabe destacar que la Fundación El Desafío hace hincapié en la participación de toda la comunidad y en “abrir la mente para pensar nuevas ideas e inspirarse con referentes mundiales y locales”. De hecho, uno de los principales disparadores que utilizan para convocar al festival es el siguiente: “Nadie sabe todo, y por eso todos nos necesitamos para resolver los grandes problemas que enfrentamos y enfrentaremos. El Festival, disparará y creará ideas, conexiones y la energía que necesitamos para impulsar cambios positivos”.

Otra ítem fundamental es quiénes funcionaron como activadores e impulsores de este cambio. Aquí, El Desafío convocó a “Jóvenes, estudiantes, urbanistas, decisores de políticas públicas, personas de recursos humanos, arquitectos, ingenieros, docentes y personas ligadas en la educación, ONGs, referentes barriales y comunitarios, académicos, emprendedores, ciclistas, interesados en movilidad y sustentabilidad, empresarios y ciudadanos que estén convencidos que somos todos protagonistas de construir ciudades felices para todos.”

Unos días después de haber realizado el festival, Fundación El Desafío publicó lo siguiente en sus redes sociales: “Muy difícil poner en palabras lo que vivimos hace un par de días en el Festival Ciudades Felices. Una gran cantidad de personas conectando, divirtiéndose, cambiando ideas con tranquilidad, aprendiendo de otras experiencias, compartiendo lo que saben, inspirándose, dándose aliento y apoyo, llenándose de energías para volver a sus barrios, comunidades, ciudades y ponerse a hacer.

No es común describir esto en la época en la que vivimos, y todo eso se logró gracias a voluntarios, staff, sponsors, instituciones aliadas, organizaciones colaboradoras, disertantes y la enorme cantidad de público que se acercó desde todos lados del país y la región. Todos unidos con un mismo objetivo: construir ciudades inclusivas, pensadas en las personas, donde todos podamos desarrollarnos y ser felices.

Ciudades Felices nos deja a todos la simpleza de las soluciones geniales. Quizás sólo nos falta la oportunidad de jugar para romper barreras, de tener espacios seguros para dar nuestras opiniones, la chance de mirarnos a los ojos y descubrir en otro lo que nos falta para que las buenas ideas se transformen en grandiosas. Quizás se trate de encontrarnos y generar confianza para poder hacernos preguntas dificiles y darnos cuenta que todos nos necesitamos. Es hora de colaborar, de co-competir y compartir resultados. De abrazar la diversidad, no de dividirnos. De darnos la mano, no de separarnos.

Es hora de inspirarnos unos a otros y darnos más ganas de hacer ¡Ciudades Felices!”

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