Abordar el tema de la Moda y la Sostenibilidad es algo complejo y dinámico que requiere un pensamiento ciertamente sofisticado, la moda que hoy vemos en las pasarelas se orienta a un público elitista que, de a poco debería ir encontrando diseños que puedan insertarse manteniendo un equilibrio entre el cuidado del medio ambiente y la posibilidad de incorporar valores sociales positivos, el desafío que tenemos por delante es ir del consumo de los recursos naturales al aprecio del mundo natural.

Hablamos de Moda Sostenible cuando sabemos que tiene como premisa el respeto por los demás y el consumo responsable, se trata de promover conciencia, que antes de comprar el consumidor se detenga a pensar…¿qué hay detrás de esta prenda?

Un interrogante que se plantea actualmente es cómo las empresas pueden tener alguna participación para favorecer los objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en la cadena de valor de los productos relacionados con el universo de la moda.

Definitivamente cuando hablamos de lo sostenible debe ir ligado a un diseño disruptivo, a un nuevo modo de pensar, es una filosofía de vida.

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible son:

Para la ONU, las pymes y micro pymes desempeñan un papel fundamental en los países en desarrollo. El organismo internacional ha expuesto datos del Consejo Internacional para la pequeña empresa, en los que se reflejan que estos negocios representan más del 90% del total de empresas, generan entre el 60% y el 70% del empleo y son responsables del 50% del producto interior bruto (PIB) mundial.

En ese contexto, la Industria Textil es una de las industrias más contaminantes del planeta, ni más ni menos que la causante del 10% de las emisiones globales. Un dato: para producir el algodón de una camiseta, que son 250 gramos, se necesitan 2.700 litros de agua.

Las empresas argentinas que trabajan en Moda tienen un importante desafío, desarrollar sus estrategias de exportación implementando la innovación para potenciar no sólo la rentabilidad, sino también dar los retos de desarrollo sostenible e inclusión social.

En algún momento hay que salir del fast fashion” y empezar a medir los impactos ambientales que produce cada etapa del proceso productivo.

Promover el uso de hilados que provienen de diversos recursos naturales sustentables, como la fabricación de denim a partir del plástico de las tapas de la botellas, o mochilas veganas fabricadas con cuero de piña, entre muchos otros productos.

La educación tiene un rol fundamental para el futuro exportador de Moda, ESTADO – EMPRESA – UNIVERSIDAD debe ser un módulo unido, trabajando directamente en la formación de las personas para que los ODS sean una realidad.

La exigencia es que las empresas de moda puedan compatibilizar la velocidad y el ritmo que marca la naturaleza con los tiempos de la moda, buscar el equilibrio en la producción y no forzar más de lo necesario, el “fast fashion” termina produciendo con trabajo infantil para sacar colecciones cada 20 días, el costo social no se puede sostener.

Se introduce un nuevo concepto: economía circular, cuyo objetivo es que el valor de todo lo que se produce, desde la materia prima, los recursos naturales y los productos, en la economía durante el mayor tiempo posible, y que se reduzca al mínimo la generación de residuos. Se basa en «cerrar el ciclo de vida» de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía.

Los protagonistas de la economía circular incluyen al sector público a cargo del desarrollo sostenible y del territorio, como al sector privado que busca resultados económicos, sociales y ambientales.

Una de las principales preocupaciones del Gobierno tiene que ver con la participación de las empresas de moda argentina en las Cadenas de Valor Global y si tienen una visión de sustentabilidad en sus planes de internacionalización encontrarán un estímulo importante para ocupar un lugar de privilegio de ser prestigiosas embajadoras de la marca argentina en el escenario mundial.

Arq. Andrea Zinik

Marzo de 2019