En lo que respecta a la creación de marcas y en torno a qué es el branding pueden encontrarse un sinfín de definiciones, explicaciones y conceptos para tratar de explicarlo. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos conviene simplificarse para que, luego de ese resurgimiento, podamos detallar claramente aquellas cosas que tienen mayor complejidad.

Dicho esto, podemos entender al branding como el proceso que acompaña en la creación y en la gestión de una marca.

Ahora, ¿tenemos en claro qué es una marca? ¿Es un nombre? ¿Un símbolo? ¿Un logotipo? ¿Un producto?

La respuesta no solamente es no, sino que todos los aspectos mencionados antes, no forman parte de lo más importante que debe tener una marca.

Podríamos decir que una marca es un inventario mental de sus audiencias, desarrollado a partir de las acciones de una empresa, que influyen a la hora de tomar la decisión de compra de un producto o servicio. A su vez, cabe destacar que la marca sólo existe en la mente del consumidor y forma parte de su vida permanentemente.

Ahora, ¿por qué es importante trabajar en la gestión de una marca? La respuesta es muy simple: una marca genera expectativas de calidad, precio y performance de productos o servicios, y permite a las organizaciones crear valor agregado a sus productos y diferenciarse de la competencia.

Una vez que sabemos qué es una marca y por qué es importante trabajar en su gestión, tenemos que entender que la marca es una visión de largo plazo en la que debemos trabajar en forma constante para que, simplemente, no muera.

Para elegir la visión de una marca no es necesario llegar a profundos niveles de abstracción. Debemos trabajar para comprender cuál es el ADN de esa marca, cuál es su razón de ser, su propósito, su esencia. Hablar de qué es lo que moviliza a la marca y qué es lo que le da vida es lo que genera una conexión emocional con el público objetivo.

Como ejemplo esclarecedor podríamos utilizar a Apple: una empresa que se dedica a fabricar computadoras, celulares, relojes, tablets. Si vamos a la práctica, Apple no deja de hacer cosas que hacen muchas marcas que hoy en día están en el mercado, sino que tiene una forma completamente distinta de decir cómo y por qué hace lo que hace. ¿Por qué? Porque su discurso no está enfocado en cómo fabrican sus productos, en los componentes que utilizan o en la estética de sus diseños. Apple dice “we believe in thinking different” y eso ya establece una forma de pensar, de actuar, de sentir, de hacer las cosas y, por ende, genera un vínculo muy estrecho con sus seguidores.

Por lo tanto, para diferenciarnos en un entorno cada vez más desafiante no es necesario decir cómo hacemos lo que hacemos ni que tan diferentes somos de la competencia. Sólo basta con mirar hacia dentro y descubrir cuál es la fuerza que nos moviliza, cuál es el propósito, la motivación y, de esa manera, lograremos comunicarnos de una manera más genuina con nuestro entorno.

Nota por: Mariano Sanchidrian – msancomunicacion@gmail.com